jueves, 20 de marzo de 2008

Los Demonios

Yo no puedo ser el demonio que interrumpa tus sueños en la madrugada,
Ni tampoco podré ser el que te robe los suspiros cuando piensas en mi,
Tampoco podré ser el demonio que te incite a pecar, elevando la sangre al máximo, ni tampoco hacer que la carne se vuelva ansiedad.
No podré ser el demonio que haga sufrir tu alma, con ese ardiente deseo de poseer tu cuerpo, ni siquiera en sueños ha sucedido, ninguno de los demonios que viven en mi, me han llevado a tanto, ni siquiera extrañarte, porque todos ellos junto a mi, nos hemos retorcido con los desprecios que nos has dado, a todos nos has condenado en las ardientes llamas del infierno, y sin ningún gozo de satisfacción, hemos caído en el más oscuro abismo de incertidumbre, donde nos has condenado a quedarnos, ardiendo por dentro, sin la esperanza de liberarnos.

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