MI VIEJO ANDAR

Se escuchan murmullos en mi viejo andar,
Por aquel sendero que no me puede esperar más,

Se escuchan truenos y el ambiente se vuelve húmedo,
Se vuelven a escuchar murmullos por mi viejo andar,

Donde mis pasos se han quedado en la arena
Y donde sé que algún día he de regresar,

Cantan las aves, la brisa humedece más mi caminar,
La lluvia me anuncia la renovación que mi alma disfrutará.

Se vuelven a escuchar murmullos en mi viejo andar,
Donde sé que mi alma habrá de regresar,
Y mi corazón estará marcado con el encanto de tu voz,
Vuelvo a escuchar murmullos por mi viejo andar,
Donde mi alma y mi corazón tarde o temprano te encontrarán.

El Maligno

Ya no puedo pensar en tenerte,
Ni siquiera suspirar por ti.

No me puedo convertir en lo malo,
Cuando sé lo bueno que fuí.

No puedo evitar en recordar los bellos momentos,
Que pasé junto a ti,
Ni maldecir el momento que te alejaste dejando mi alma en un frío hostil,

No me quiero convertir en el maligno,
del cual me pueda arrepentir,
Dejando un corazón destrozado en un camino al cual no quise acudir.

Ya no hay suspiros, ni sueños de inspiración,
Yo excité actualmente un corazón roto,
Que sin ti se quedó,

No quiero volar en las penumbras,
Para volver a anhelar tu amor,
No quiero ser el maligno qué desprecie una ilusión.

Evitaré volver al sendero
Donde mi alma se quedó,
Y sin reprochar acción alguna,
Mi ser ya no te implorará perdón...
¿Para qué?
Sí desde hace mucho tiempo, perdió la razón.

El Escritor

Sentado bajo el resplandor de un lámpara,

Ya hacía el escritor esperando una inspiración,

Las horas pasaban e intentaba encontrar una línea la cual escribir.

La noche empezó a ser más pesada,

Y el escritor seguía esperando,

Entre más pensaba, menos podía crear algo que le llenara el alma.

El escritor buscaba en lo más profundo se su pensamiento,

Algo que le motivara, pero no encontró nada.

La inspiración se había marchado,

Como la última vez que suspiró por alguien.

La decepción y la desesperación lo invadieron,

A grado tal, qué comenzó a sufrir los ataques de viejos recuerdos,

Aquellos que lo hicieron sufrir, por las penas de amores que se fueron,

Y sentado en su silla, comenzó a escribir,

Se pasó horas redactando cada uno de los sucesos,

Expresando poéticamente los sufrimientos que le hicieron daño,

Pero a la vez, recordando como cada amor que pasó,

Fue dejándole más felicidad que remordimientos,

Y el escritor se sintió contento,

Porque después de cierto tiempo, comenzó a escribir

Este pequeño pero significativo, documento,

Que hoy les vino a compartir.

De hace algunos ayeres.

  

Este cuadro lo realizó una amiga su nombre Thania González Monfort, quien se inspiró en un pensamiento llamado "Una vez soñé", en lo personal al verlo fue maravilloso ver como a través de las palabras se pueden crear miles de formas, las cuales pueden dar pauta para otras creaciones.

El cuadro fue hecho con café, en todos sus matices, era increíble al estar frente al cuadro oler ese aroma exquisito, inspiraba a seguir creando más cosas, ahora qué le he pedido esta imagen para compartirla con ustedes, nuevamente me lleno de satisfacción al volver a compartir un poquito del arte de mi amiga, inspirado por un escrito de hace algunos ayeres.

La Purísima

Somos un corazón herrante y cansado, que en el viaje se quedó tirado,
Un aire que no ha encontrado descanso vagando por los desiertos y por las llanuras,
Somos agua agitada que viaja por el río buscando llegar pronto al mar.
Somos una luz tenue que salió de noche para entrar por tu ventana en luna llena.

Un suspiro, una palabra, un beso que jamás fue dado,
Una letra en un poema, que nunca jamás será olvidado,
La nota de esa canción que no puedes despegar de tu mente,
La imagen que se quedó guardada en tu mente, para nunca más será borrada,
Una eterna fuente de inspiración, que se aloja en el alma y vuelve loca a la razón,

Un eterno descanso que busca paz,
La purísima ilusión de alguien que busca amar.