martes, 25 de enero de 2011

El cazador y el Ciervo

Cuenta la leyenda, qué un día un joven cazador iba caminando en el selva,
Entre la densa maleza, escuchó los pasos de un ciervo, clavó su mirada y observó.
El ciervo, no se percató de su presencia, y siguió en calma,
El joven cazador, tomó su lanza y la colocó en su arco,
Dispuesto a disparar, la sujetó fuertemente y apuntó.

De repente el joven cazador, escuchó un murmullo,
Algo que lo distrajo por un segundo, volteó la mirada y cuando regresó al punto donde iba a disparar al ciervo, se dio cuenta que ya no estaba.

Miró y miró, pero no vio hacia a donde se había marchado,
Refunfuñando se dijo, ¡Esto no vuelve a pasar!

El joven cazador siguió buscando en la selva, caminó y caminó,
Hasta encontrar más adelante un arrollo, de aguas cristalinas,
Decidió tomar un poco de agua, y al estar bebiendo,
Algo le llamó poderosamente la atención,
Un par de hermosos ojos que le robaron el aliento,
No quitó su mirada, pensó que era un sueño,
Contempló con gran embeleso aquella imagen qué lo hizo suspirar.

De repente se dio cuenta, qué, aquellos ojos pertenecían al ciervo,
Contempló su belleza y se dijo a si mismo,
Jamás volver a lastimar a aquel ser tan majestuoso,
 Después de un rato, tomó un respiro,
Y comenzó a escribir, esto que ahora están leyendo tus ojos,
Se llenó de tanto gozo qué quiso compartirlo con el mundo.

Serás mi ciervo al qué cuidaré hasta qué muera, para que jamás nadie lastime tu corazón.

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