jueves, 15 de mayo de 2008

BUSCANDO LA FELICIDAD

Serían las diez de la mañana de un soleado día, cuando mortificado por mis penas y el dolor en el pecho de un amor que hirió mi alma, hizo que partiera en búsqueda de mi felicidad.

Esa renovación que nos da la oportunidad de volver a sentir la esencia de lo que en verdad queremos para nuestra vida, llegué a un bosque, donde los rayos de luz penetraban el espeso follaje, caminé hasta encontrar un arroyo, en cuyas cristalinas aguas, hacía cantar de alegría la vertiente que se estrellaba entre las rocas que contenía, me quedé observando un momento encantado por la belleza de aquella imagen, enmarcando para perpetuidad de un momento bello, olvidando lo que había ocurrido en el pasado. Un águila pasó surcando el cielo con sus imponentes alas, y distrajo mi momento de dicha, me percaté que en la punta de un risco tenía un nido, imaginé que iba en protección de su polluelo.

Después de eso, volví a sendero y recordando lo que había pasado, le nostalgia volvió a mi ser, mis ojos empezaron a nublarse así como el cielo, también hizo lo mismo, tal vez uniéndose a mi dolor, las gotas de lluvia no tardaron en caer, y no pasó mucho tiempo para que empezara a llover, seguí por el camino, sin que la lluvia fuera un impedimento para continuar con mi meta, encontrarme a mi mismo.

La lluvia después de cierto momento, me ayudó a comprender que, existen momentos en la vida de las personas que aunque las cosas parezcan mal no lo son, así como se puede soltar una tormenta, esta es benéfica para los árboles, plantas y especies que se encuentran en el bosque.

Así mismo, eso me hizo reflexionar, que al igual que la lluvia que pasó, mi vida debe dar un giro y que a pesar de la adversidad, y los problemas que pueden existir, siempre existirá después de una gran tormenta una gran dicha, por los beneficios que nos han dejado las enseñanzas, así también debo dejar qué, las cosas que causaron estragos en mi ser, sean como la lluvia que llegó y arrasó con todo dejando desolación, esta no era así, sino la renovación hacia algo más hermoso que pueda surgir después de la tormenta.

Una enseñanza más nos queda, y está en el hecho de reflexionar por lo que hemos pasado para renovarnos constantemente y encontrar la ayuda necesaria en nosotros mismos, ya que en nuestras manos está la felicidad.

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